Bolivar,Ernesto Guevara ,Jose Marti tres tiempos , tres aciertos visionarios para amaerica Latina y el continente... Hoy los pueblos su jueventud y sus estudiantes levantamos las banderas del progreso y como sur la integracion latinoamericana, la emancipacion de los pueblos oprimidos por el sistema capital que señalara el che, bolivar y marti.
jueves, 23 de octubre de 2008
FORO SOCIAL DE LA AMERICAS
Un mundo Mejor Es posible solo si derrotamos al capitalismo.........
Alla en el atardecer con los Brazos cruzados , llenos de incredulidad, pero al amnecer aun vive la esperanza, la esperanza es el amanecer , un amanecer donde el ALBA es la Nueva esperanza para los pueblos del continente , es el amnecer de los pueblo vivos que dicen que un nuevo dia nace , que un nuevo dia hay que labrar para seguir sembrando esa semilla de la esperanza de un mundo para todos ..........
ufeb_venezuela
c.sarmiento
Foro Social de las Americas
Un mundo Mejor Es posible solo si derrotamos al capitalismo.........
Son los campos arados del conocimiento lºo que nos hara libre , libres de la fatidica idea neoliberal, libres de la erronea concepcion de la vida y el vivir , libres de mas de 500 años de explotacion, de dominacion y exclavitud teñida en diferentes matices.
america latina s levanta
UFEB VENEZUELA
FORO SOCIAL DE LAS AMERICAS
La lucha de los pueblos aunque los grandes medios no la trasmºitan se expresan en el canto, en las paredes en los murales, en las pancartas , lucha que como rio gigante retenido un dia encontrara la forma de desague en las inmensas corrientes de la america , en la indoamerica combativa y heroica.
"Los pueblos"
c.sarmiento
jueves, 21 de agosto de 2008
sábado, 19 de julio de 2008
LA LUCHA ES CON LA COMUNIDAD ....ES CON EL PUEBLO...
Una Experiencia Que ahora Marca la COTIDIANIDAD de La jeventud y los estudiantes...
Maracay - Edo Aragua (Yefry Ucros)
El trabajo con la comunidad es el paradigma de la juventud estudiantil en esta revolucion ,el hecho de ser sujetos utiles a las causas de la comunidad , conococer su problemas y aportar con humildad nuestro apoyo, es el premio mas grande que se puede obtener cuando se cree en la solidaridad y el trabajo voluntario .
Invitamos a nuestros jovenes , a todos los estudiantes a practicar esta tarea dentro de los consejos comunales , apoyar a la comunidad en la construccion de nuevas formas de convivencia , nuevas formas de participacion y el camino para construir las soluciones a las problematicas que la aquejan .....
MAXIMA FELICIDAD SOCIAL...............
viernes, 4 de julio de 2008
DIRIGENTES ESTUDIANTILES SE FORMAN PARA LA LUCHA DEL PUEBLO .....
Taller de FORMACION EN POLITICAS ESTUDIANTILES
CONOCER LA HISTORIA ES TENER CONCIENCIA DE LOS FUNDAMENTOS PARA DAR LA BATALLA EN EL PRESENTE.
EN ESTE SENTIDO LA DELEGACION VENEZOLANA SE FORMA EN ESTA LUCHA POR SUPERAR LOS NUDOS QUE NOS LIMITAN A APORTAR COMO ESTUDIANTES A LA CAUSA REVOLUCIONARIA .
LA UNIDAD PARA LA LUCHA DE NUESTROS OBJETIIVOS COMUNES POR LA VIDA ....
ES LA TAREA DE LOS ESTUDIANTES DEL CONTINENTE ........ EL ESTUDIO LA LUCHA CONSTANTE EN CADA ESPACIO .
BOLIVAR TIENE MUCHO QUE HACER EN LATINOAMERICA Y LOS ESTUDIANTES A LA VANGUARDIA CONSCIENTES DEL MOMENTO HISTORICO QUE LES CORRESPONDE .
lunes, 16 de junio de 2008
CAMARADAS 80 ANIVERSARIO CHE -ROSARIO -ARGENTINA -JUNIO-2008
domingo, 15 de junio de 2008
80 Aniversario del Che 90aniversario Manifiesto de Cordoba
80 Aniversario del Che 90aniversario Manifiesto de Cordoba
DESDE UNA DE LAS PATRIAS DEL CHE CELEBRAMOS CON ORGULLO OTRO ANIVERSARIO DEL COMANDANTE AMIGO ERNESTOO DE LA SERNA DESDE SU CIUDAD NATAL DE ROSARIO ARGENTINA LA DELEGACION VENEZOLANA HA ACOMPAÑADO ALOS PATRIOTAS Y CAMARADAS DEL ARGENTINA Y OTROS PAISES EN LA CONMEMORACION DE LOS 80 ANIVERSARIOS
EN LAS SIGUIENTES PANORAMAS DE LA CELEBRACION.
EN LAS SIGUIENTES PANORAMAS DE LA CELEBRACION.
martes, 10 de junio de 2008
ARGENTINA MANIFIESTO DE CORDOBA 21 DE JUNIO 1918
Manifiesto de Córdoba
21 de Junio de 1918Tomado de Federación Universitaria de Buenos Aires, La Reforma Universitaria, Buenos Aires, 1959, pp. 23-27.
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente. ¿Que en nuestro país una ley —se dice—, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo. La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La federación universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquéllos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba obscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros —los más— en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría representaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y, espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquéllos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la federación universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de «hoy para ti, mañana para mí», corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las elecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes». Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de sosportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.
Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidentes — Gumersindo Sayago — Alfredo Castellanos — Luis M. Méndez — Jorge L. Bazante — Ceferino Garzón Maceda — Julio Molina — Carlos Suárez Pinto — Emilio R. Biagosh — Angel J. Nigro — Natalio J. Saibene — Antonio Medina Allende — Ernesto Garzón.
21 de Junio de 1918Tomado de Federación Universitaria de Buenos Aires, La Reforma Universitaria, Buenos Aires, 1959, pp. 23-27.
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente. ¿Que en nuestro país una ley —se dice—, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo. La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La federación universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquéllos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba obscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros —los más— en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría representaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y, espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquéllos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la federación universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de «hoy para ti, mañana para mí», corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las elecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes». Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de sosportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.
Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidentes — Gumersindo Sayago — Alfredo Castellanos — Luis M. Méndez — Jorge L. Bazante — Ceferino Garzón Maceda — Julio Molina — Carlos Suárez Pinto — Emilio R. Biagosh — Angel J. Nigro — Natalio J. Saibene — Antonio Medina Allende — Ernesto Garzón.
lunes, 9 de junio de 2008
TRABAJO VOLUNTARIO VALOR IMPORTANTE EN LAS BRIGADAS ESTUDIANTILES
EN EL IUB BARLO VENTO AL IGUAL QUE EN OTROS LUGARAES DEL PAIS UNA EXPERIENCIA PARA LA JUEVNTUD ESTUDIANTIL DE LOS IUT Y LAS ALDEAS UNIVERSITARIAS SE DIO CITA ESTE VIERNES Y SABADO EN HIGUEROTE , EL ACOMPAÑAMIENTO Y TRABAJO VOLUNTARIO EN ASENTAMIENTOS CAMPESINOS SE REALIZO DESPUES DE LOS FOROS RELIZADOS EN EL IU BARLOVENTO MAS DE 200 ESTUDIANTES BRIGADISTAS PARTICIPARON EN ESTA JORNADA DE LAS FUERZAS BOLIVARAIANS DE LA EDUCACION SUPERIOR Y EL MINISTERIO PARA LA PARTICIPACION POPULAR DE CIENCIA Y TECNOLOGIA . EL LEMA TODAS LAS MANOS A LA SIEMBRA CON LA EXPOSICION DEL PROFESOR CARLOS LANZ , LA PROFESORA BELKIS .
UNA EXPERIENCIA EN EL HACER QUE NOS PERMITE SABER, CONOCER , COMPARTIR LA COTIDIANIDAD DE LAS PERSONAS QUE A DIARIO HACEN ESTE TRABAJO DE SEMBRAR LOS PRODUCTOA ALIMENTICIOS, DE LABRAR LA TIERRA DIA A DIA .
CARLOS SARMIENTO
sábado, 24 de mayo de 2008
LLA JUVENTUD Y LOS ESTUDIANTES PARTICIPAN EN LAS ELECCIONES INTERNAS DEL PSUV ARAGUA
EN PLENO EJERCICIO DE UNO DE LOS MODELOS DE DEMOCRACIA QUE DEBE IRRADIAR A LATINOAMERICA Y EL MUNDO LOS JOVENES Y ESTUDIANTES PUEDEN PARTICIPAR PROTAGONICAMENTE EN LAS ELECCIONES INTERNAS DE PSUV PARA LAS CANDIDATURAS A ALCALDES EN VENEZUELA .
EJEMPLO DE ELLO CARLOS SARMIENTO ESTUDIANTE JOVEN REVOLUCIONARIO QUE SE POSTULO Y SU NOMBRE ES CONSIDERADO POR LOS MILITANTES DE ESTE PARTIDO UNIDO COMO UNA NUEVA OPCION .
EJEMPLO DE ELLO CARLOS SARMIENTO ESTUDIANTE JOVEN REVOLUCIONARIO QUE SE POSTULO Y SU NOMBRE ES CONSIDERADO POR LOS MILITANTES DE ESTE PARTIDO UNIDO COMO UNA NUEVA OPCION .
martes, 20 de mayo de 2008
EL HOMBRE , EL JOVEN EJEMPLO DE JUVENTUDES.....
Ernesto Guevara, más conocido como el Che Guevara, o simplemente el Che (14 de junio[1] de 1928 en Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina - 9 de octubre de 1967 en La Higuera, Bolivia), fue un médico, político y guerrillero argentino-cubano,[2] cuya figura despierta grandes pasiones tanto a favor como en contra.
Fue uno de los líderes de la Revolución Cubana. En la década de los 60 se estableció con un pequeño grupo guerrillero en Bolivia donde fue capturado y ejecutado en forma clandestina por el Ejército Boliviano con la colaboración de la CIA. Tras su muerte se ha convertido en un símbolo de alcance mundial, para sus partidarios simboliza la lucha contra las injusticias sociales o de rebeldía y espíritu incorruptible, mientras que es visto por sus detractores como un asesino en masa y criminal, acusándolo además de una mala gestión como Ministro de Industria. El contorno de su rostro, obtenido a partir de una foto de Alberto Korda, es una de las imágenes más reproducidas del mundo
Nombre de nacimiento
Ernesto Guevara
Nacimiento
14 de junio de 1928[1]Rosario, Argentina
Defunción
9 de octubre de 1967La Higuera, Bolivia
Nacionalidad
Argentina-Cubana
Área
Medicina, Política, Guerra de guerrillas
Educación
Universitaria
Movimiento
Movimiento 26 de Julio
MORAL Y LUCES SON UNA NECESIDAD PARA LA CONSTRUCCION DEL ESTADO SOCIALISTA ...
Editorial
“MORAL Y LUCES”, es el llamado que hace el Libertador cuando decreta la educación popular en el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819 “La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso: Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades…
… Constituyamos sobre la instrucción nacional, para que purifique lo que se haya corrompido en la República, que acuse a la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la negligencia de los ciudadanos: que juzgue los principios de la corrupción, de los ejemplos perniciosos, debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla, no solamente lo que las ataca, sino lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público”.
Simón Rodríguez asume el carácter indeclinable de las potestades educadoras que debe tener el Estado como garante de la sociedad humana, del progreso y de la justicia social, de aquí que estructura una República de Libertad, con fórmulas de propiedad social, con plenitud al derecho al trabajo, con una soberanía que reside en el pueblo y tutelada por el imperio de la Ley. El Estado al cual refiere Simón Rodríguez es “Protector de las Luces Sociales” porque.... “sin luces no hay virtudes”; aquí están las bases de la educación popular, aspiración permanente de los pueblos que pujan por un mundo mejor, dice Simón Rodríguez, que Ella es la “Divisa de la República.”
Incorpórate y se un brigadista Moral y luces; Un Brigadista es un(a) activador(a) de la reflexión, discusión y transformación de los valores y conceptos en sus diversos contextos: centros de trabajo, consejos comunales, cooperativas, centros de enseñanza, centros culturales y deportivos, hogares, vecindarios, juntas de condominio, instituciones públicas y cualquier espacio de socialización, con miras a la construcción del socialismo del siglo XXI.
CIRCULOS DE ESTUDIOS SAMUEL ROBINSON
… Constituyamos sobre la instrucción nacional, para que purifique lo que se haya corrompido en la República, que acuse a la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la negligencia de los ciudadanos: que juzgue los principios de la corrupción, de los ejemplos perniciosos, debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla, no solamente lo que las ataca, sino lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público”.
Simón Rodríguez asume el carácter indeclinable de las potestades educadoras que debe tener el Estado como garante de la sociedad humana, del progreso y de la justicia social, de aquí que estructura una República de Libertad, con fórmulas de propiedad social, con plenitud al derecho al trabajo, con una soberanía que reside en el pueblo y tutelada por el imperio de la Ley. El Estado al cual refiere Simón Rodríguez es “Protector de las Luces Sociales” porque.... “sin luces no hay virtudes”; aquí están las bases de la educación popular, aspiración permanente de los pueblos que pujan por un mundo mejor, dice Simón Rodríguez, que Ella es la “Divisa de la República.”
Incorpórate y se un brigadista Moral y luces; Un Brigadista es un(a) activador(a) de la reflexión, discusión y transformación de los valores y conceptos en sus diversos contextos: centros de trabajo, consejos comunales, cooperativas, centros de enseñanza, centros culturales y deportivos, hogares, vecindarios, juntas de condominio, instituciones públicas y cualquier espacio de socialización, con miras a la construcción del socialismo del siglo XXI.
CIRCULOS DE ESTUDIOS SAMUEL ROBINSON
MARACAY ESTADO ARAGUA
CARLOS SARMIENTO
Las Revoluciones hay que Hacerlas a un ritmo Violento, el que se canse tiene derecho a cansarse, pero no tiene Derecho a ser Hombre de la Vanguardia.
Lo que nos calcome es el no reconocer al otro
Hagamos valer nuestros valores y principios RECONOCIENDO LOS DEL OTRO .....
Rescatemos nuestros valores, los de la amistad , los de la verdad, los de la solidaridad, los de la colaboración, los de la lealtad, los de la dedicación , del amor a lo nuestro, del cariño a lo que hacemos , del respeto a los padres , al amigo, al compañero de estudios.
· la caridad no es un valor es el ego en su máxima expresión cambiémoslos por la solidaridad.
· El valor de ser asertivo en la juventud es tener la capacidad de decidir por nuestros propios criterios, es un valor que nos hace ser originales hacer lo que nuestra conciencia nos dicta y no lo que un grupo dominador nos trata de imponer.
Hagamos valer nuestros valores y principios RECONOCIENDO LOS DEL OTRO .....
Rescatemos nuestros valores, los de la amistad , los de la verdad, los de la solidaridad, los de la colaboración, los de la lealtad, los de la dedicación , del amor a lo nuestro, del cariño a lo que hacemos , del respeto a los padres , al amigo, al compañero de estudios.
· la caridad no es un valor es el ego en su máxima expresión cambiémoslos por la solidaridad.
· El valor de ser asertivo en la juventud es tener la capacidad de decidir por nuestros propios criterios, es un valor que nos hace ser originales hacer lo que nuestra conciencia nos dicta y no lo que un grupo dominador nos trata de imponer.
Club de preventores universitarios
CPUINSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGIA EXPERIMENTAL DE LA VICTORIA
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